26 de febrero de 2008

BELPHEGOR, del Dpto de Publicidad

Las épocas de Guerra de la edad media estaban llegando a su fin. La humanidad estaba en las puertas de una nueva era de ilustración y razón. Dichas corrientes de pensamiento revolucionario tarde o temprano conducirían al hombre a deducir que la existencia de monstruos y demonios feroces no era otra cosa más que un cuento. Pues todo lo demostrarían con experimentos y pruebas teóricas, y al no poder demostrar nuestra existencia, nos eliminarían del imaginario social. Lo mismo sucede con cualquier marca, cuando deja de ser recordada, desaparece. Satanás nos ordenó una campaña fuerte para reinstaurar el miedo en el más allá. Por años estuve pensando junto a mi equipo de creativos pero nada bueno surgió. Pensamos cientos de estrategias que no conducían a nada. Mi culo estaría en la calle en cualquier momento, y para colmo nos enteramos que Cloud Corp preparaba una campaña fuerte para el Renacimiento; miles de obras pictóricas que los posicionarían como el número 1 en administración de almas. Pero para eso faltaba tiempo; y fue entonces que Satanás me mandó llamar. Fui a su oficina esperando el final de mi carrera, no tenía nada sólido y le había fallado. Pero Satanás me felicitó, me dio un aumento y me prolongó el contrato y la confianza. Agradecí y me fui disimulando a ver qué había sucedido. Fui a verlo a Andras en Sistemas y él me mostró lo que ocurría en el Mundo. Un Vivito había escrito cierta Obra; que describía puntualmente un infierno que su imaginación le había dictado. Con una arquitectura de Círculos divididos por castigos, que se repetían eternamente.


El protagonista se cruzaba con personalidades de la mitología y la historia, condenados por sus crímenes. Era una verdadera obra de arte, y recibí el crédito por ella. A este sujeto Dante, le debo todo. Cuando murió, me aseguré de que reciba todos los tratos de un rey y los placeres ilimitados. El trato Premium que otorga Gloomymare. Tan buena había sido su campaña, que al día de hoy es efectiva. De hecho, cuando llegó al infierno, incluso él temía como cierto, las cosas que sabía que había inventado.

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